lunes, 27 de junio de 2011

El Guadalajara toca la gloria en Anduva

Una remontada que se selló en el 86' mete al Guadalajara en Segunda por primera vez en su historia. El cuadro alcarreño, que estaba obligado a ganar tras el 0-1 encajado en el Pedro Escartín, comenzó perdiendo. Candelas adelantó al Mirandés en el minuto 18. Ya en el segundo tiempo, los de morado apretaron y lograron el empate con un tanto marca de la casa: córner de Ernesto y remate del pichichi Juanjo.

A falta de cinco minutos para la conclusión, Ernesto hacía estallar Guadalajara desde el punto de penalti.
El Guadalajara comenzó el partido sin muchas ideas. El planteamiento de Terrazas era valiente, pero las ideas de los suyos parecían nubladas por el ambiente de Anduva. La defensa del Mirandés demostraba su solidez durante los primeros minutos. Y, cuando aún no le había cogido el pulso al partido el conjunto manchego, Candelas ponía el 1-0 al culminar un jugadón de Mújika.

A los alcarreños se les veía sin recursos ofensivos. Sólo la banda izquierda parecía funcionar en ataque, aunque sin mucha continuidad, por lo que el balón parado se convirtió en la principal baza manchega. Pero los aficionados del Guadalajara saben que eso no es un problema si sobre el campo está Ernesto.
El madrileño demostró que es el especialista de la categoría en estas lides y volvió a ser clave en Miranda. A falta de 20 minutos para el final, un córner botado por él llegó a Juanjo, que empujó el balón a placer al fondo de las redes y hacía temblar Anduva.


El equipo rojillo fue presa de los nervios a partir de entonces. Prueba de ello es el penalti que cometió Wilfred sobre Aníbal. El portero debió ser expulsado, aunque no fue el máximo responsable de la acción. Su defensa había dejado solo al atacante morado con un error infantil.
Sin duda, si a alguna afición ha hecho sufrir, disfrutar, estallar y llorar esta fase de ascenso, si a alguna afición le ha hecho sentir el fútbol y vivir la euforia y la agonía como a ningún otro, ésta ha sido la de Miranda. Abonados a los goles en el último suspiro, los seguidores que abarrotaban Anduva veían cómo el sueño podía esfumarse precisamente de esa forma.

Desde los 11 metros y a falta de cuatro minutos para el 90', Ernesto tenía la posibilidad y la responsabilidad de hacer de Segunda a Guadalajara por primera vez en su historia. Atrás quedaban Cádiz y Badalona, para el Mirandés, y Castilla y Éibar, para los manchegos. Todo se reducía a una zurda y un portero. Y Ernesto no falló. Ajustó el balón con un temple descomunal e hizo tocar el cielo a una ciudad.

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